miércoles, 1 de agosto de 2007

Moral Personal

Esto lo hago por pedido de mi primo, Común, y debe ser leído bajo la luz de la siguiente máxima:
“No jodas a nadie, nunca dejes que te jodan y trata de no joderte tanto”

Una vez que cada individuo comienza su travesía irrepetible por la vida, se va nutriendo de patrones de conducta que considera como correctos, la proveniencia de estos no tiene importancia alguna, solo vienen por doquier o simplemente no vienen. Ahora bien, como se trata de una travesía única, está sujeta a una combinación maravillosamente específica de patrones de conducta que hacen cicatriz, un sinnúmero de pequeños rasguños van marcando para siempre el recóndito lugar donde yace lo que cada uno esencialmente es.

Es evidente la existencia de una moral general, pero no tiene provecho alguno para la vida del individuo independiente, no para uno que quiera ser libre. Me refiero con esto a que la libertad esta supremamente condicionada, ojala por la moral personal, pero en muchos casos se trata de la moral social. La libertad como lo han sugerido varios autores de grandes ligas, a los cuales he tenido la fortuna de leer y con quienes estoy de acuerdo en este punto, es la acción de entender y seguir rigurosamente los lineamientos morales que cada individuo ha creado para si mismo. Por tal razón la moral general, tiende a volverse peligrosa cuando fenómenos como la globalización de la personalidad son un hecho en nuestro entorno, ya que puede condicionar la libertad individual y en tal caso todos serían generalmente libres, socialmente libres, pero jamás individualmente libres.

La especificidad de la moral personal, su complejidad y su infinito valor definen la entereza de una persona, la hacen persona, haga lo que haga tendrá razón en hacerlo si existe un patrón que se tomó el trabajo de elaborar y racionalizar para luego automatizarlo en su actuar. Es necesario en este momento dar algo de crédito a la moral general, pues su único objetivo es prevenir los excesos que pueda traer una afirmación como la hecha a comienzos de este párrafo; sugiriendo al mismo tiempo que es muy difusa, es plana y sin convicción.

Por el contrario, poseer una moral personal implica un esfuerzo permanente de resistencia, dado que la moral general es muy permisiva en las situaciones en las que un ser humano se ve envuelto todos los días y suele entonces convertirse en una tentación omnipresente. Lo más fácil es decir “es una mierda pero lo hace todo el mundo, entonces que importa si lo hago yo”, creo que es mejor decir que es una mierda y dejarlo ahí.

En resumen, la moral personal nos define individualmente como pocas cosas lo hacen, es el listado de las pautas que creamos para poder ser bien lo que queremos ser y lo que ya somos. Es la llave de la libertad como individuo, es el camino para encontrar la armonía (que según Saramago es la felicidad verdadera) y la paz, pues estando seguro de lo que se cree, se está seguro de lo que se hace, dejando de lado las peligrosísimas deudas que contraen los individuos con ellos mismos.