lunes, 17 de marzo de 2008

EL VIENTO

"I listen to the wind
To the wind of my soul
Where I'll end up well I think,
Only God really knows
I've sat upon the setting sun
But never, never never never
I never wanted water once
No, never, never, never”


Ven aquí, acompáñame a subir la cuesta, y que el sol devore nuestro aliento mientras dibuja maravillas a contraluz con las hojas de los árboles; mecen sus cuerpos de madera al ritmo del viento y ríen como el agua al pasar, como si estuviera de fiesta la tierra, como si quisieran escuchar un son de cuba, lento y con perfume dulce de caña, de voz morena cuyos ojos profundos y oscuros, como las noches en el campo, nos vean dar cada paso.

Solo quiero caminar un rato, unos minutos, el tiempo que sea, que la vida deje ser.
Ven aquí, una tarde, ven a despedir el día que te ruega verlo sucumbir en rojo vino, y esperar a que nazca de nuevo conmigo, entre montañas empapadas en rocío.

Vente joder, o tendré que traerte, desapareciendo del espacio y el tiempo, escabulléndome del destino manifiesto.

“I listen to my words but
They fall far below
I let my music take me where
My heart wants to go
I swam upon the devil's lake
But never, never never never
I'll never make the same mistake
No, never, never, never"


Cada quien sabe donde quiere ir su corazón, conoce el deseo y la pasión que vienen de ese lugar. Es un lugar que pertenece únicamente a quien lo ha sentido, porque se levanta dentro de nosotros, en las tinieblas tranquilas de nuestra alma.
Allí, en la taberna de ese pueblito, borrachos de vida, nos percatamos de cuanto amamos, marcando el rumbo que tomaremos cuando se acabe la música y volvamos a la tierra de piedras que han sobrevivido a toda la humanidad, piedras que además nos sobrevivirán.