domingo, 3 de junio de 2007

Como un gato los domingos

El domingo; me levanto y me duermo, lo divido en mil días para desperdiciarlos todos.
No me gusta llamar, ni que me llamen. No quiero hablar con nadie, estoy en pijama y no me he bañado. Mi Mamá hizo el desayuno, Papá cocinó el almuerzo. Por la noche comemos cualquier cosa viendo alguna película medianamente buena.

Abro los ojos y estoy en mi cama caliente, y no quiero salir. Tengo ganas de poner música, de escucharla con calma mientras leo alguna cosa, lo que encuentre en mi mesa de noche; eso si, música que no conozca mucho, porque me desconcentro cuando tengo que elegir entre las palabras escritas y las dichas con rima en el aire.

Prendo el computador, reviso el correo. Bajo descalzo y después de comer alguna cosa fumo un cigarrillo. No tengo a nadie que me diga cuantas cosas geniales hay por hacer, cuantos sitios que visitar, cuantas mujeres mirar, cuantas cervezas tomar…al demonio con el mundo. Hoy quiero hacer nada, quiero solo hacer lo que haría si fuera un gato viejo y malgeniado.