Hago más estando de pie en el lecho de la zorra,
Estático envuelto en viento y olor de agua mansa,
Con el sonido del verde meciendose,
Y el sol moviendose a ritmo de ondas, pequeñas olas.
Hago más allí, por unos minutos con mi cigarrilo,
saboreando la mañana y gozando del silencio de lo humano,
que en mil días de esplendor y belleza urbana.
Es allá, con la ropa húmeda de niebla y las botas sucias,
donde cobro sentido.
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