martes, 31 de julio de 2007

La vida es ron

…“lo de menos es el recipiente en que bebemos, lo esencial es estar borracho”… Antón Chéjov

A veces, cosas sin la menor importancia hacen feliz al ser humano. Esos momentos, en los que la opinión del mundo no importa, en los que la infinidad de datos que le son enviados permanentemente no tienen relevancia alguna, cuando el ruido de ciudad desparece en silencios de sonidos propios del alma y se borra de sus ojos la realidad por un segundo, sale de los confines del ser mismo un grito lleno de calor y esperanza verdadera, viene del vientre para romper su rostro con una sonrisa y hacer que forme parte finalmente de aquellos a quienes tildan de locos, solo por que están ebrios de dicha.
Para amar la vida hay que estar loco, para amar los amaneceres y atardeceres, a las mujeres, a la música, al mar y a las montañas hay que estar locos, porque el mundo no alcanza a imaginar o entender como cada borrachín ama apasionadamente las maravillas simples e irrepetibles que los días les arrojan a la cara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Unknown dijo...
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